Antes de despedirme tengo derecho a un último deseo: generoso lector quema este libro no representa lo que quise decir a pesar de que fue escrito con sangre no representa lo que quise decir.
Mi situación no puede ser más triste fui derrotado por mi propia sombra: las palabras se vengarno de mí.
Perdóname lector amistoso lector que no me pueda despedir de ti con un abrazo fiel: me despido de ti con una triste sonrisa forzada.
Puede que yo no sea más que eso pero oye mi última palabra: me retracto de todo lo dicho. Con la mayor amargura del mundo me retracto de todo lo que he dicho.
En el jardín que parece un abismo la mariposa llama la atención: interesa su vuelo recortado sus colores brillantes y los círculos negros que decoran las puntas de las alas.
Intersa la forma del abdomen.
Cuando gira en el aire iluminada por un rayo verde como cuando descansa del efecto que le producen el rocío y el polen adherida al anverso de la flor no la pierdo de vista y si desaparece más allá de la reja del jardín porque el jardín es chico o por exceso de velocidad la sigo mentalmente por algunos segundos hasta que recupero la razón.
Cuando el enfermo grave se recupera por algunos segundos y pregunta la hora a los deudos - reunidos come por arte de magia alrededor de su lecho de muerte- en un tonito que hace poner los pelos de punta
quiere decir que algo marcha mal quiere decir que no hay esperanza quiere decir que estamos irremediablemente perdidos.
Ha llegado la hora de retirarse estoy agradecido de todos tanto de los amigos complacientes como de los enemigos frenéticos ¡inolvidables personajes sagrados! Miserable de mí si no hubiera logrado granjearme la antipatía casi general: ¡salve perros felices que salieron a ladrarme al camino! Me despido de ustedes con la mayor alegría del mundo.
Gracias, de nuevo, grazias reconozco que se me caen las lágrimas volveremos a vernos en el mar, en la tierra donde sea. Pórtense bien, escriban sigan haciendo pan continúen tejiendo telarañas les deseo toda clase de parabienes: entre los cucuruchos de esos árboles que llamanos cipreses los espero con dientes y muelas.
Yo no digo que ponga fin a nada no me hago ilusiones al respecto yo quería seguir poetizando pero se terminó la ispiración. La poesía sa ha portado bien yo me he portado horriblemente mal.
Qué gano con decir yo me he portado bien la poesía se ha portado mal cuando saben que yo soy el culpable.
Está bien que me pase por imbécil!
La poesía sa ha portado bien yo me he portado horriblemente mal la poesía terminó conmigo.
Cada vez que por una u otra razón he debido bajar de mi pequeña torre de tablas he regresado tiritando de frío de soledad de miedo de dolor.
Yo no me pongo triste fácilmente para serles sincero hasta las calaveras me dan risa. Los saluda con lágrimas de sangre el poeta que duerme en una cruz.